Introducción critica al tema del aborto
Por María Luisa Estévez.
Santiago.- El aborto es una práctica tan vieja como la humanidad, es un tema de la mujer, que le coloca en una de las situaciones más vulnerables para su salud y su seguridad personal, física y psicológica.
Aun así más allá de todo esto, existen incalculables riesgos más, a corto y mediano plazo, alcanzando aspectos relevantes para el equilibrio y la estabilidad social, convirtiéndose en tema importante de la seguridad nacional.
La practica del aborto trae consigo un condena para la mujer, un dilema, no es una acción, ni una reacción saludable, ni instintiva, como una actividad fisiológica del organismo, tampoco es una nesidad psicológica, ni emocional.
Se trataría de un organismo impactado, desajustado psicológica y socialmente, amenazado de alguna manera con lo que tiene que ver con su desarrollo, aceptación, y desenvolvimiento.
El conflicto es una realidad en la psiquis de una mujer abortiva, el producto, o embarazo es realidad, y la mujer es otra. Cuando hay que elegir una de las tres realidades, obviamente que el conflicto es lo de menos, y en el caso de la decisión del aborto, a este aspecto de la realidad se le otorga un poder determinante.
Sacando el conflicto de la situación, y enfocándose en la mujer y su embarazo, es algo propio, natural, ligado, desarrollado de ella a partir de determinado contacto, que si se evita verle, -tanto ella, como la sociedad-, como el sinónimo literal de la palabra, es una celebración de la vida, una labor por la cual se le debería premiar, con la protección oficial, como ocurre en algunas sociedades desarrolladas.
Hemos oído que el embarazo es un derecho de la mujer, un privilegio, un deber, sabemos que es una facultad, llega a convertirse en una necesidad social y personal. Abogamos por la libertad de la mujer, por su independencia, por la protección a sus derechos de decidir sobre su cuerpo, y al mismo tiempo, condenamos moral y socialmente un embarazo concebido en situaciones atroces, o lamentables, promiscuas, indebidas y demás.
Así la sociedad exige que la mujer castigada con el desprecio por ser madre fuera del matrimonio, que tenga a su hijo, al que en principio verán de refilón, al que no le aguardan derechos plenos, ni asegurados, a los que seguirán, madre e hijo hostigando, y despreciado. Es injustificable, pero real, la insinceridad cultural la que lleva a la decisión de más aborto.
Un embarazo en condiciones indebidas es visto ancestralmente, como inoportuno, indeseado, improcedente; la percepción de una mujer, sobre todo una joven, es que, lo menos que sentirá los nueve meses del embarazo, es como castigo, una enorme y pesada cruz, colgando de su pecho, como señal y prueba de su delito.
Literalmente sinónimos de embarazo son: Impedimento, molestia, dificultad, entorpecimiento, obstrucción, inconveniente, estorbo, obstáculo. Todo esto ayuda a crear una percepción lúgubre, sombría, desagradable, lamentable, pavorosa en la mujer. Es ese enfoque propiciador de abortos lamentable para la equidad de la mujer.
Si el embarazo es una bendición, un derecho y un privilegio de la mujer, un regalo para la sociedad, las normativas y regulaciones sociales evitarían considerarlo como una multa, un castigo, una falta, una frenta, un problema. Y si como una actividad de la naturaleza que nos importa a todos los seres vivos, así como el nacimiento de ríos y árboles.
Las leyes, educación y concientización a la mujer incluirían ser responsable de lo elegido, protección social, asistencia focalizada al sector, seguridad, reconocimiento y merito por su labor y estatus. En todo, la percepción es la realidad.
Reflexionar limpiamente sobre la realidad de la naturaleza de la mujer, sobre nuestras actitudes al respecto, en la familia, la comunidad, la sociedad en sentido general, nos vendría bien.
En lo personal que cada mujer, cada adolescente temprana, conozca, deberes y derechos, y responsabilidades como mujer, saber pormenores sobre el aborto, causa, actividad, procedimientos, consecuencias, nos vendría a todos mejor.
Por lo general la decisión del aborto afecta y le duele a la mujer, definamos sin embargo la percepción que queremos establecer y propagar. Estamos a favor de la vida, o a favor del aborto?, con actitudes y acciones en contra de la vida.
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